¿POR QUÉ ME DUELE LA MANDÍBULA?

Puede que sufra una disfunción de la articulación temporomandibular (DTM)
¿Qué es la articulación temporomandibular (ATM)?
Es la articulación que conecta la mandíbula con el hueso temporal del cráneo, delante del oído y en cada lado de la cabeza. Se utiliza al masticar, hablar, tragar, bostezar... Por ello, es una de las articulaciones más usadas en el cuerpo. Usted puede localizarla poniendo sus dedos delante de cada oído y presionando firmemente al abrir y cerrar la boca: el movimiento que sentirá ocurre en cada ATM. Trabajan siempre juntas y coordinadas por un complejo sistema neuromuscular.

Signos y síntomas de la DTM
Dolor: en el oído, que se puede irradiar a la cabeza -principalmente a las sienes y nuca-, mandíbula, boca, garganta, nuca, cuello, hombros…
Ruidos: articulares como chasquidos, crujidos; en el oído como zumbidos, pitidos.
Funcionales: articulares como saltos, luxaciones; musculares como no poder abrir la boca, no poder masticar, contracturas; en el oído como taponamiento, mareos, oír menos.
Otros: adormecimiento de la piel de la cara, picor en la garganta, sequedad de la boca, molestias en los ojos o en la visión…

Si existen uno o más de estos signos y síntomas es importante tomar medidas preventivas o correctivas para evitar que se desencadene un proceso patológico.
¿Cuál es la causa?
Suele ser un problema multifactorial:
Hábitos parafuncionales:

Apretar o rechinar los dientes de forma consciente o inconsciente, durante el día o durante el sueño (bruxismo).
Masticar chicle, morderse las uñas, morder bolis…
Trastornos emocionales: estrés, ansiedad, depresión…
Alteraciones del sueño
Mala oclusión: desequilibrios entre las articulaciones de la mandíbula y la forma en que la dentadura cierra, encaja y aprieta. No coinciden plenamente, y eso genera palancas que provocan estrés mecánico en los tejidos.
Traumatismos: fracturas, golpes directos, esguince cervical…
Mala postura, se relaciona con la posición adelantada de la cabeza
Todos estos factores se interrelacionan y es necesaria la implicación de varios para que se origine una disfunción temporomandibular. Por ejemplo, aquellos pacientes que tienen una oclusión desequilibrada, pero no sufren ninguna molestia en su articulación, es porque no se encuentran en estados emocionales alterados, o que utilizan mecanismos diferentes al bruxismo para liberar tensión. Pueden estar muchos años sin presentar síntomas o no sufrirlos nunca.
¿A quién afecta?
Lo sufre un tanto por ciento muy elevado de la población, alrededor del 80%, de forma episódica o crónica, siendo la edad media de 34 años y en proporción de tres mujeres por cada hombre.
Tratamiento conservador de las disfunciones temporomandibulares

El paciente que sufre una disfunción temporomandibular debe ser tratado por un equipo multidisciplinar porque este problema tiene una causa multifactorial. En el equipo deben estar presentes un dentista, un fisioterapeuta, un psicólogo… También puede requerir la participación del ortodoncista y en casos severos colabora el cirujano máxilofacial. La cirugía es el último recurso.

¿Cómo nos ayuda la fisioterapia?

El fisioterapeuta especialista en ATM en un primer momento debe realizar una exhaustiva entrevista y exploración para detectar todos los factores implicados. El tratamiento principalmente nos ayuda a disminuir el dolor y a recuperar la movilidad mandibular. Por otra parte es importante conseguir de nuevo el equilibrio neuromuscular mediante ejercicios para devolver la funcionalidad plena al sistema masticatorio. Esto se consigue mediante terapia manual, electroterapia, ejercicios domiciliarios…
Si el paciente sufre bruxismo es recomendable realizar una férula de descarga o desprogramación, uno de los modelos con más éxito es la férula de Michigan.